No es que olvidara mi compromiso sobre escribir más seguido, o que no haya ganas, solo he estado más ocupada de lo normal, pero siempre es bueno volver.
A media semana de "vacaciones" donde mis días se basan en un intento de citas con mi roomie y una agradable vista a la bahía (del periférico) de 8:00 a 17:00 hrs, confirmo lo que sigo pensando, las personas somos seres que se mantienen en constante cambio, y definitivamente no siento ser la misma Ise que vino a escribir aquí aquella ultima vez, para bien, han cambiado cosas en mí.
Durante mucho tiempo (una vida más o menos) fui (bueno pues, "soy") una persona quejumbrosa, porque no sé quedarme callada y porque me inconformo cuando las cosas no salen o no pasan como imaginaba, un poco controlador de mi parte ahora que lo leo, pero también es parte de mi encantadora personalidad, no me tomo las cosas personales, no hay un "por que a mi?" son cosas que pasan y ya, la vida es así, aunque me pasara lo peor, claro que me quejaría, pero eso no haría que el mundo deje de girar, y mucho menos que lo hiciera alrededor de mi específicamente ..
Me escudé con mi estandarte de "decir para no hacer suponer", ondeando la bandera de la comunicación y la claridad me quejaba de todo, y por "todo" me refiero a lanzar comentarios sin filtro de lo que opino respecto a cada situación que atraviesa mi vida. Ojo, no era solo mi intolerancia a los contratiempos, ni mi falta de paciencia, sino un cumulo de cosas aprendidas, de "yo puedo sola, y como ahorita nomás no sé como resolver, me voy a quejar, pero me voy a ocupar también"; y no estoy hablando desde la carencia de conocimiento, sé que eso pasaba y siempre fui consiente de que quejarme no arreglaba nada, hablo más bien de las desganas que tuve para cambiarlo, porque aja, como dije, es más fácil justificar un hábito, aunque este sea malo, que cambiarlo, porque cambiar te saca de tu zona de confort, lleva tiempo, esfuerzo y a veces hasta dedicación.
Hace no mucho, en uno de mis berrinches de la vida decidí dejar de sostener todo, y por "todo" ésta vez me refiero a dejar de aceptar la incertidumbre y comenzar a soltar, ceder el control y pensar en que hago lo mejor que puedo con lo que tengo, y no hablo desde una posición conformista, eso jamás, más bien desde la certeza de que nada cambia si me preocupo más, si lo pienso tres veces y sobre todo, si no depende de mi.
Esto comenzó un martes, lo recuerdo bien, cuando pasaron muchas cosas al mismo tiempo, rehacer mucho trabajo, discutir un un tío desobligado, problemas con la app de CETES para retirar dinero que necesitaba para pagar terapia de Kimy, la mala interpretación de los estudios de mi suegra, no tener a mi safe place para contarle todo, nauseas por el tratamiento y poco tiempo para quejarme, ese día fue muy gris y veloz, no hubo oportunidad de ponerme a lloriquear así que tuve que saltar esa parte porque estaba intentando resolver, como siempre; pero ese día tuvo una particularidad, y era que, sin importar lo que hacia, nada se estaba resolviendo, por más que busqué maneras solo no lograba pasar algo bueno, me fui a casa sin comer, porque para variar me habían cancelado mi pedido, afuera no llovía pero yo sentía que tenia una nube gris sobre la cabeza; mi roomie no estaba, así que tocaba resolver la rutina vespertina yo sola, no tenia animo pero mis chaperros tampoco tenían la culpa ni podía castigarlos sin pasear; aun sabiendo eso no quise llegar así a casa, y como no quería pedir ayuda, porque "sola siempre es mejor", decidí darme un respiro e irme a la cafetería más "lejana" que encontré. así terminé en un lugar pequeño, con un expreso y una galleta de blueberries frente a mi, no había soluciones, ni nadie con quien hablar y en realidad no lo quería hablar con nadie, solo necesitaba paz, silencio, complicidad.
Fue por eso que inconscientemente llegue ahí, buscando el único lugar que me da paz; mi propia compañía.
Cuando viví sola conmigo las cosas no fueron sencillas, económicamente hablando, y luego se pusieron peores, después de lo de papá, cuando más bajo no podía enterrarse mi corazón, decidí hacer de mi hogar un santuario, de mi, para mi y solo conmigo, mi lugar seguro donde poder vulnerarme o poder descansar en tranquilidad y, realmente amaba ese lugar, esa soledad que te enseña que no necesitas nada más, que la vida es hoy y que solo depende de ti lo buena que esta llegue a sentirse, un lugar de libertad, un refugio de lo que pasa afuera, mi lugar en el mundo.
Años después, ya no era un departamento en el cuarto piso de un edificio pequeñito, pintado de ivory, con una gran ventana desde la que podía espiar al señor de los elotes, no tenia una sala en "L" con una mantita y un microondas con truco para apagarse, no estaba mi primera cafetera; esta vez mi refugio era yo misma frente a una mesita que solo tenia una falsa peonia de adorno, mi lugar seguro tuve que ser yo, esperando mi café en un lugar que no me resultaba para nada familiar, mirando una calle que no había recorrido antes y, por si fuera poco, con el día apunto de terminar, estaba oscureciendo, hacia frio y yo no sabia como carajos "resolver" mi vida.
Llegó mi expreso, en una pequeña bandejita, acompañado del típico vaso con agua para limpiar el paladar, y mi galleta, bastante grande, como para compartir, y con ella, el recuerdo de que tuve alguien que me acompañó en muchas ocasiones al otro lado de mesas similares, alguien probó conmigo muchos postres y descubrió lugares, alguien que evaluaba el menú, y cuando le tocaba elegir y optaba por algo dulce, pedía por mi, con toda seguridad de lo que ella llamaba "conocimiento de causa", el expreso con el que me gusta equilibrar los postres que prometen ser empalagosos, llegó el recuerdo de sus ojos claros y achinados por tanto sonreír e inmediatamente después, fue su ausencia la que tomó asiento frente a mi, recordándome que ya no está, que no va a volver y que dos veces no se corre con la misma suerte.
Recordé también a Don Leo y pensé en lo que hubiera hecho, lo que me habría dicho, en que definitivamente no estaría ahí, sino sentada en la barra de su cocina, platicando cosas sin sentido quizá, mientras esperamos por el café que él prepara, ese reflejo de mi imaginación tomó una silla y la colocó justo al lado de la de Mar, reafirmándome el hecho de que jamás sabría que me dirían, porque ninguno de los dos está. La ausencia duele, y más cuando aparece en momentos que no quisieras vivir con nadie que no sea quién te está haciendo falta.
Me sacudí la tristeza, no literal, se habría visto raro, como perrito mojado tal vez, más bien fue un gran suspiro que terminó por hacerme levantar la cabeza para evitar dejar caer alguna lagrima, y ese fue el alto que necesitaba, aunque tenía muchas ganas de llorar, tantas que comenzaba a sentir un nudo en la garganta, estuve a punto de hacerloen un lugar público y eso jamás me lo voy a permitir, así que frene mis pensamientos y active mi espíritu administrativo " - hay que planear", me dije. Evalué lo que ocurría, su origen, y esa vez no pasé del primer punto su origen, profundizando en cada situación, me di cuenta que ninguna dependía de mi, vaya descubrimiento ...
Estaban pasando cosas, y sucedieran simultáneamente y aunque lograran casi desbordarme, eso no quería decir que tuvieran que ver conmigo, solo estaban pasando y ya. Entonces decidí que si me importaban pero no iba a dejar que me afectaran, dije "pa que?" y me cambié el chip; ahora era solo una persona más en un café, y decidí ser la persona que aprovecho la salida "temprano" del trabajo, la independencia económica y la posibilidad de disfrutar su bebida favorita, deje de aferrarme y así, de la nada, decidí soltar.
Esa tarde llovió, bastante, ni siquiera corrí a casa, me detuve a ver llover y después de escribir un par de mensajes, señales de vida, diría yo, me dispuse a disfrutar el ahí y el ahora, que al fin de cuentas era todo lo que tenía; ese expreso se convirtió en un americano y yo en una persona que decidió hacer "las pases" con la vida.
Mientras la gente afuera corría, con esa inexplicable necesidad de hacerse chiquitos bajo la lluvia, mientras caminan más rápido, como si eso los mojara menos, pensé en lo afortunada que era por estar ahí, "a salvo", y con ese pensamiento llegaron muchos ...
Recordé en lo afortunada que soy cuando vi llegar una notificación de mensaje de Kimy, que leí desde la pantalla del celular "esta bien mi amor, disfruta tu cafecito, me llamas al llegar a casa? te amo mucho", pensé en la tranquilidad de tener un trabajo que me permitió ahorrar para ella y que me permite pagar sus cuentas, pensaba en lo increíble que es ser una mujer emocional, profesional, económica y libremente independiente para llevarme literalmente, a cualquier parte del mundo, y que además soy bonita y re agradable carajo, mi ego se despertó muy rápido y mi orgullo siguió alimentando ese tipo de pensamientos, a partir de ahí, no paró.
Y no es como que me haga falta ego, Pam dice que muy contrariamente .. es más bien que trabajo tanto en mi que a veces la autoexigencia (que termina en querer tener todo bajo control, disfrazado de ansiedad) me abruma demasiado, y es que obvio soy un 10, pero también mi proyecto más importante, en el que jamás dejo de invertir. Y aunque aún me falta comunicar eso, quiero decir "pedir ayuda" y por "ayuda" me refiero a aceptar que necesito una pausita y a veces quizá nomás un abrazo y ya, estoy confiando en el proceso, aunque le cueste entenderlo a las personas que me quieren, porque a veces nomás me desaparezco, hablo de todo, menos de lo que duele, me voy y vuelvo como si nada, no se imaginan lo que pasa en esas pausitas pero bueno, entienden que soy orgullosa y afortunadamente respetan la distancia, aunque no estaría mal que alguna vez uno de ellos me invadiera un poco en esos momentos, pero tampoco los culpo, como podrían saberlo? Quizá alguna vez encuentre alguien donde sienta segura mi vulnerabilidad, que lo note y no lo tenga que pedir, un adivino más o menos, pero por la buena conexión que exista, o quizás no pase y no exista pero estaría buenísimo.
El caso es que esa tarde de catarsis definitivamente no ayudó con mi hermetismo pero si me hizo considerar el trueque, se trata de cambiar la perspectiva, al final, de lo único que tengo control es de la manera que elijo reaccionar ante lo que sea que pase, así que, para que pensar en el resto? Le contaré a quien le interese de verdad, estaré con quien quiera estar conmigo, tendrá mi cariño/amor bonito quien me haga sentirme querida/amada de manera bonita, tendrá mi atención quién demuestre interés y pondré esfuerzo en lo que valga la vida, personal, profesional, laboral, familiar y hasta románticamente, de eso se trata el trueque, de hacer un intercambio justo y proporcional de lo que "producimos", y yo produzco cosas muy chingonas como para conformarme con aceptar menos, mis estándares son altos porque sé que los puedo corresponder, no importa que nivel tenga el vinculo, quiero ir, hacer, vivir, solo con gente que quiera ir, hacer y vivir conmigo.
La vida es simple, y ya decidí durante mucho tiempo verla con ojos de complejidad que no me hicieron sentir cómoda, así que no más, son pocas las personas a las que quiero mucho y la lista se reduce si hablamos de las personas que amo pero eso no quiere decir que necesite más, que haya convocatoria para habitar mi corazón ni que ande ocupando vínculos tibios ni confusos, valoro tanto lo que soy y doy que me aferro ahora a uno de los principios más fuertes; la exclusividad.
Suena muy soberbio decir que las personas a quien quiero/amo no serán queridas/amadas de la misma manera jamasmente de nuevo, pero es verdad, les doy la exclusividad de tenerme, y por "tenerme" me refiero a que quiero estar con y para ellos, soy una vez en la vida, y mientras mi circulo se encuentre como hasta hoy, soy un poco de ellos, solo por ser mis personas en el mundo.
Dicha la sarta de cursilerías antes expuesta, hace poco decidí hacer el trueque más justo conmigo, cambie la queja por gratitud, sin caer en el positivismo ni en el falso realismo, aún me quejo y no pienso dejar de hacerle berrinche a mis personas de confianza, pero no voy a vivir más inmersa en eso, soy demasiado como para ser principalmente "quejumbrosa".
Soy más feliz desde entonces, duermo mejor, doy "menos", dependiendo de lo que recibo, no me impresionan los mínimos esfuerzos y visito con más frecuencia mi refugio en el mundo (a mi), honro mi vida haciendo lo que más me gusta, aprendo cosas nuevas, estoy en clases de barismo, me pongo más linda alguna que otra noche para llevarme a cenar, paseo a los chaperros con el doble de gusto, me cocino, me llevo, me cuido, y hago con el doble de intensidad todo lo que hago por las personas que amo, cada día mejoro un poco más, cuido la apariencia, pronto volveré al gym y a la búsqueda del cuerpower que perdí, que no le reniego nada al que tengo, lo amo y valoro mucho, pero lo puedo cuidar más. Adicionalmente, cada miércoles por la tarde me acerco más al master en carreras, aunque sean solo videojuegos; he vuelto a la lectura y aun estoy decidiendo si sacrificar las uñas por volver a la música, si de por si me priorizaba, ahora lo hago mucho más, estoy feliz conmigo y pienso más en mi que en lo que decidí alguna vez que me preocuparía.
Somos un ratito en la vida, y yo lo quiero pasar riendo mucho, gastando los pies, viajando y bailando principalmente, quiero invertir en gente que invierta en mi, sentir que cada momento en este mundo vale la vida, y volver a ser absurdamente feliz; dejar de pensar en hijas que no se si llegarán y si si, no se con quien lleguen, soltar las probabilidades de un futuro que no estoy segura si habitaré. Jamás me aferre al pasado, tengo esa manía de no voltear nunca hacía atrás, pero el futuro pff, que ansiosa me tenía, pero ya no más, confío en que soy mujer que resuelve y en que cruzaré los puentes que sean necesarios solo cuando llegue a ellos; y como también soy ambiciosa, ya estoy planeando que más quiero hacer, a donde quiero ir y como invertir mi recurso más valioso, el tiempo.
Decidí ser más valor que talento (mientras me sigo preparando), amar mucho a quien me ame mucho, ir con quien vaya conmigo, con quien proponga, creer en las demostraciones de amor y cariño más que, como dije, conformarme con el mínimo esfuerzo, y seguir soltando manos que no estarían dispuestas a sujetarme
Estoy feliz, inspirada y se nota, no se en que, ni como, pero estas ultimas semanas que no he hecho nada particularmente en mi imagen ni con mi estilo (aun) la gente me ha dicho que me veo más radiante, bonita y fácilmente me puedo acostumbrar al "estás más guapa, te hiciste algo?" queriendo responder "si, amarme un chingo más".
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