Ha sido una semana laboralmente devastadora, lo último que vine a escribir justo fue sobre uno de los días más fastidiosos y bueno, creo que lo contrario también merece ser contado. No pude dormir muy bien pero me levanté con el tiempo suficiente para armarme el outfit que quería, estrenar los zapatos que no usé el día fastidioso y llegar gloriosa al trabajo, cuando se ponen ganas se nota, sobre todo cuando llueven los cumplidos. Llegué bonita pero sin desayunar y bueno, entre los "Isee" que escuchaba cada media hora y las asesorías que me agotaron la batería social y que el desayuno sucedió más bien a la hora de la comida, la actitud se mantuvo en modo "supervivencia" porque afortunadamente me presentaron la mejor forma de acelerarme con un café y eso me permitió darlo todo. Más reuniones por la tarde y salir después de las 6. Suena a un día pesado pero me eeeencanta cumplir todos mis objetivos, por minúsculos que parezcan, y ahora más que nunca estoy obsesionad...