Tuve una boda preciosa, aun cuando casarme no estuvo en mis planes, la disfrute muchísimo, y nada de lo que dije (a continuación) fue mentira.
"El día comenzó lluvioso, aún
teníamos cosas por hacer y no tomamos tiempo ni para sentarnos a desayunar, las
horas pasaron rápido y al minuto siguiente ya estábamos otra vez en el carro.
-
Nos vemos amor – Le dije
-
Por favor no tardes – Me respondió
Y fue así como nos dimos
cuenta de lo acostumbrados que estamos a estar juntos.
Después de varias horas de
maquillaje, peinado, platica con amigas y risas, muchas risas, lo volví a ver.
Estaba de pie frente a la
iglesia, más guapo que nunca, y cuando me miró sus ojos se cristalizaron,
entonces supe que no quería volver a dejarlo nunca, ni siquiera por un par de
horas.
Nos sonreímos mientras el
sacerdote llamaba a nuestros padres, intercambiando bendiciones, besos y
abrazos llegó el momento de entrar.
La iglesia era pulcra, jamás
la vi más hermosa, había sonrisas en todos los rostros, emoción y como dice la
canción, el amor estuvo en el aire, inundando todo, justo sobre los nervios
para los cuales no quedo tiempo.
Entonces, entre lágrimas de
mucha dicha nos aceptamos para siempre, en lo próspero y en lo adverso, en la
salud y la enfermedad, prometiendo sernos fieles, amarnos y respetarnos por el
resto de nuestras vidas.
Me casé el 14 de septiembre
de 2019, y lo hice con el hombre de mi vida, el que me llena de alegría, de
sueños y planes, de responsabilidad, de valor con quien puedo ser yo y él puede
ser él, con quien se atreve, por mí, a cerrar ciclos, a vivir diferente, a
tomar clases de baile o cantar (y hacerme cantar) en público, el que me cree
cuando le digo que la vida es bonita y hace mi viada más hermosa.
El día comenzó lluvioso, pero
para la boda brillo magistralmente el sol, junto a la sonrisa de los invitados.
Y es que siempre he pensado
que al final tiendes a recibir lo mismo que transmites, Mau y yo lo disfrutamos
mucho y realmente nos sentimos muy queridos, estuvieron justo las personas que
debían estar y estuvieron felices.
Bailamos, reímos y hasta
cantamos con los familiares y amigos que no paraban de reír y abrazarnos, ese
día, al final lo único que nos llovió fueron buenos deseos, consejos y muchos
regalos, que en nada se comparan con el valor que tienen las personas que nos
acompañaron.
Sin duda, este es el comienzo
de una nueva etapa en esta historia que comenzó a escribirse hace cinco años, y
aunque dicen que las cosas se complican cuando las parejas reciben la bendición
de Dios, nosotros estamos seguros que desde entonces nos sentimos más
completos, unidos y felices.
Llevamos años aprendiendo a
convivir, a compartir e incluso hasta a pelear, pero como esto jamás se
termina, ahora comenzamos a aprender a ser esposos, con un compromiso moral y
espiritual más fuerte, Dios quiera que las cosas vayan bien, que sigamos amándonos
más como esposos y menos como enamorados, que nos complementemos en las buenas
y malas y si Dios quiere, poder decirle a Mau, mientras él empuja mi columpio a
sus 95 años “te lo dije, eres el amor de mi vida”. "
El amor si nos hace fuertes, valientes, y aunque estemos lejos de ese día y lamentablemente de la esencia neutral de ese sentimiento, más que la bendición de Dios en ese ritual, tuve la bendición de amar y sentirme muy amada,
Sobre lo de que las cosas se complican .. pues ...
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