Debería estar comenzando a trabajar justo ahora, pero decidí darme un break para ver si de casualidad después del desayuno se me quita el terrible dolor de cabeza.
Hoy quiero hablar de como conocí a Casimiro, fue amor a primera media vista, Melisa, la persona con el corazón animalista más grande que conozco me videollamó ayer, estaba muy emocionada porque logró rescatar a un par de perritos de una azotea, literal, se sintió experta en parkour saltando de una casa a otra para rescatar a los perritos que vivían amarrados a un tubo todo oxidado en una casa de personas que prefirieron huir a pagar la renta y olvidaron un pequeño detallito, las criaturas (tremendos hdp..), afortunadamente Meli estaba cerca, no quiero pensar como la habrían pasado con este calor .. y bueno, no pensemos en eso, sino en la suerte que tuvieron; Meli los sacó de ahí, los llevó al refugio y me marcó después de bañarlos
- Heeey ! Hola hola! Que pasaaa? - Le respondí
- Mira mira - Me gritó, mientras pegaba a los perritos a la cámara del cel- El se llama Raul y él ... bueno, no tiene nombre aun
Supo que era Raúl porque al menos tenia placa con nombre, sin numero de contacto .. pero con nombre eso si, en algún momento de su árbol genealógico existió un Pitbull, porque se parece bastante, tiene unos ojitos preciosos y una cabeza enorme es muy guapo.
Al otro lado de la cadena vivió su compañero, un casi chihuahua, ahí si desconozco a que raza se parece más, en cuanto lo vi supe que quería cuidarlo, pedí amadrinarlo de inmediato y Mel me pidió que le pusiera un nombre, entonces lo miré y se me ocurrió:
"Casimiro Buenavista"
Sentí que le gustó, movió la colita y todo, Mel se moría de risa pero a ambas nos gustó, le dije que preguntaría a Kimy si quería tenerlo, lo dejábamos en el refugio o mejor aun, lo traía conmigo el fin, y bueno, estoy esperando a ver que dice Kimy.
Saliendo del trabajo pienso ir por su placa, con nombre completo "Casimiro Buenavista Hernández", un collar azul o negro porque creo que combina perfecto con su pelaje café.
Casimiro parece ser viejito, debe tener unos 7 u 8 años, tiene canitas en la cara y a kilómetros se nota que la vida no ha sido fácil, le duele el contacto humano, quiero decir que no confía en las personas (no lo culpo ni un poco), no concilia el sueño, vive alerta, y solo se siente seguro entre las patas de Raúl.
La vida no debería ser difícil para ningún animal, este par de amigos solo se tienen a ellos mismos, llevan en sus cuerpecitos huellas de violencia, y sé que las huellas de sus cadenas los acompañarán aun estando en libertad mientras entienden que ahora todo va a estar bien.
No nos merecemos ni tantito su nivel de amor y lealtad. No entiendo como existen personas capaces de hacer temblar sus cuerpecitos por miedo y no por felicidad, que los maltraten, que los odien, eso no merece ser llamado "persona". Y rencorosa si soy, se sabe, por eso espero que la vida les devuelva la manera en que tratan a los animales, allá ellos si se asuntan o emocionan.
Si hay algo que detesto en la vida es el maltrato en cualquiera de sus presentaciones, y más aun cuando es en contra de seres que no pueden defenderse.
Pero bueno, no me llenare de odio, esa "gente" no se merece mi atención. Pensemos mejor en la suerte de estos dos chaperritos, tendrán una buena vida, llegaron a una casa llena de amor y a partir de ahora todo puede solo mejorar.
Si pudiera pedirle algo a la vida seria: Impriman más Melisas, esa mujer se ganó el cielo en corazones de perritos, gatos, tres tortugas, una iguana y algo que parece un mapache, aun no lo definimos. Mel es increíble, la amo mucho y la admiro el doble, espero que nunca le falten fuerzas, determinación, dinero y tiempo, porque amor tiene de sobra, y mientras yo este en este mundo, también tendrá destinada una parte de mi sueldo. Larga vida a las personas bonitas!
Y bueno, el dolor de cabeza no se pasa, pero ya comenzaron a llegar más correos y dejé pasar 2 llamadas así que.. a trabajar! Hay que sacar para la croqueta.
Por cierto, se llama Casimiro Buenavista porque al pequeño le falta un ojo. Lo cual no disminuye ni poquito la intensidad del amor en su mirada.
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