He pasado un fin de semana maravilloso, y Kimy tiene todo que ver con eso.
El viernes pasado fue su cumpleaños, la conozco lo suficiente para saber que andaba con ganas de que no le importara solo por miedo a que los demás no les interese lo suficiente, pero quizá olvidó que mientras yo esté en este mundo jamás le faltará todo mi entusiasmo y emoción por festejar su vida.
Y así fue, la desperté a las 00:00 hrs, para ser la primera persona en felicitarla, como acostumbro con las personas que amo, ella agradeció, y volvió a dormir, sin tener idea de que llevo semanas planeando su fin de semana de cumpleaños.
Aunque la idea original era ir a la playa, con el mood del último viaje que hicimos y que tanto nos gustó, cuando el huracán la desanimó tuve que resolver y así fue como le planee el desayuno sorpresa con todas sus hijas, las flores que siempre le envío, su comida favorita en su lugar favorito y corrí después del trabajo para llevarla a cenar.
El plan suena simple pero la verdad me gusta poner atención a los detalles, estoy segura de que ninguna de las personas a las que les he organizado algo para su cumple se imagina lo emocionada que estoy al momento de planearlo, el amor y la atención que le pongo porque para mi, celebrar un cumpleaños de la manera más significativa posible es poder decirle con actos un "estoy feliz de que estés viva/o y en mi vida y quiero que sientas lo mucho que te amo, gracias por compartirte conmigo". Mis planes de cumpleaños, van más allá del festejo, son el decir: Estoy aquí, te miro y escucho. Porque sí, soy una intensota.
Me llenó el corazón escucharla tan feliz en su día, el resonar de sus carcajadas cuando le canté las mañanitas y su sonrisa en videollamada cuando le dije que estaba en camino, pero lo mejor fue el resto del fin de semana, pasando todo el tiempo juntas, platicando, riendo y recordando, aún nos maravillamos con el sinfín de cosas que pudimos resolver solas, me gusta la retrospección sobre lo que no estuvo fácil porque nos hace llegar siempre a la gratitud.
Me gusta platicar con ella porque además de toda mi vida, lleva en su repertorio muchos temas profundos, le gusta reflexionar y las conclusiones resultantes son generalmente maravillosas, como el sábado, fuimos a Malac otra vez, se sabe que soy team café pero que buenos té helados preparan ..
Hablamos principalmente de 4 cosas:
1. Lo buena que estaba la milanesa napolitana
2. Como se ve la vida a los 74
3. La gratitud
4. Las formas del amor
Y es sobre esto último que quise venir a escribir para no olvidarlo jamás.
Le pedí que me contara que cosas dejan de importar con los años, le dije que entendía que la vida siempre tiene retos pero que confiaba que de alguna manera al convertirnos en adultos premium podíamos desbloquear niveles que nos permitían no tomarnos tan enserio la vida. Al parecer mi idea fue un chiste malo porque me sonrío ampliamente, pero con mucha compasión en los ojos.
Me dijo que definitivamente deberíamos dejarnos de tomar la vida tan enserio desde jóvenes, ser lo suficientemente responsables para mantenernos vivos pero tan inmaduros como para hacer lo que queramos y estar con quien de verdad queremos porque en efecto, la vida dura un ratito.
En ese contexto de ideas terminamos hablando de amor, le confesé que he trabajado mucho en reforzar mi forma de amar y ella me dijo que hacía bien en procurar mantener mi corazón intacto pero que lamentablemente en algún momento se volvería a romper y que debía entender que su restauración es un trabajo vitalicio y constante.
Y más allá de lo romántico, hablamos de las cosas que nos duelen, que nos cambian la vida y nos obligan a seguir, porque el mundo no se detiene y la vida misma no espera a nadie, cosas desde un despido, un divorcio, la muerte de un ser amado hasta la pérdida de la confianza de la persona que era tu lugar seguro, el desinterés que llegan a demostrar los que dicen quererte o el cariño mal correspondido, coincidimos en que entre más te conoces te haces más sensible a muchas cosas y que "sensible" no es sinónimo de debilidad, sino de percepción.
Me contaba que hay dolorcitos que se repiten toda la vida, en diferentes formas o en diferentes personas pero si hay algo que le valió la pena a ella fue entender que el amor tiene sus formas y que aunque eso suene muy complejo, es sencillo porque somos nosotros mismos quienes lo moldeamos.
El amor no está solo en las personas que han estado en las malas o en las que sabemos que estarán si la vida se pone fea (porque la realidad es que no sabemos nada), sino en lo que llegamos a amar del paso por este mundo, me puso ejemplos:
El amor de Kimy está en:
- En la paciencia que se tiene cuando algo sobre su salud la llega a desesperar
- En la gratitud por cada día al despertar
- En la emoción de saber que pronto me verá
- En la vida de los que ama
- En los recuerdos felices
- En su canción favorita de salsa
- En desayunar hot cakes por la mañana
- En reírse hasta que le duela la panza
- En su sopita para enfermos
- En ver la vida con gratitud por poder disfrutarla
- La atención, pero la de verdad, la significativa
- El contacto físico con el personal autorizado
- La alegría y emoción genuina por mi cumpleaños
- Cuando las personas son consideradas conmigo, sobre todo en la parte de la honestidad y la claridad
- No se como describirlo, pero que no haya tibieza
- Que me cuiden si me enfermo
- Que demuestren que quieren pasar tiempo conmigo (haciendo planes más allá de "lo que quieras")
- Que me tengan paciencia (top 4)
- Cuando al no entender algo sobre mi buscan hablarlo
- Las flores, obvio
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