Jamás me han gustado los domingos, los siento melancólicos y un poco dramáticos, pero también muy especiales, definitivamente son días que solo se comparten con seres importantes, de lo contrario, en quien más se invertiría el día de descanso?
Cuando vivía lejos del trabajo el fin de semana era la única alternativa para lograr algo respecto a casa, así que invertía todo el sábado en lavar, limpiar, acomodar y todo lo que se tuviera que hacer, terminaba realmente cansada pero con el domingo libre. Hacía planes sencillos pero significativos, ver a Kimy, juegos de mesa por la tarde y ya entrada la noche, un elote afuera de la iglesia, realmente me encantaba la seguridad que me daba mi pueblo, y no hablo de ser zona segura porque sigo siendo mexiquense, sino de que me hacía sentir segura conocerlo tan bien, sentido de pertenencia, posiblemente.
Este domingo fue diferente, sigo sin muchas ganas de salir pero hoy hice la excepción, me levanté temprano, me bañé, me vestí de azul y dejé el departamento reluciente, hoy sería el cumpleaños de Don Leo, solíamos hacer El maratón del 19 al 24 de enero como la "doble fiesta patronal" por obvias razones, nos veíamos todos los días y nos dábamos regalos pequeños a diario, su último cumpleaños nos encontró con prisas, había mucho que hacer pero llegó a tiempo para la cena, le había preparado pasta, y su ensalada de manzana, podría faltarle el pastel pero la ensalada jamás! Después de cenar nos fuimos al café que estaba justo en la esquina del departamento donde vivía, comimos pastel y chocolate caliente, le di su regalo y amé de sobremanera lo mucho que le gustó. Así dimos por inaugurada la mejor semana del año!
Don Leo tenía un don para hacerme sentir segura, quizá era porque lo conocía muy bien o quizá porque era un hombre de palabra, no faltaba a nuestros planes, solo una vez, por trabajo, pero se encargó de compensarlo para que no se me olvidara lo mucho que le importaba.
Hablábamos mucho y reíamos realmente demasiado.
Tenía talento para festejar la vida, para hacer SU día especial o hacerme sentir la más especial en mi día, afortunadamente recuerdo claramente su sonrisa, enorme y escandalosa y la manera en que los ojos se le achinaban al reír. El cantaba junto con todos sus mañanitas y pedía que guardaran silencio a la hora de su deseo para que el universo lo escuchara solo a él, después me daba la primer rebanada de su pastel, porque así lo vio en alguna película, realmente disfrutaba festejar su vida.
Él me enseñó ese término "festejar la vida" me decía "imagina lo increíble que es estar vivo, ni científica ni espiritualmente me explico como llegamos aquí, de repente aparecemos y todo depende de uno y del mundo, pasan las cosas que tienen que pasar y nos adaptamos porque no sabemos nada, solo que hay que vivir, y como la vida no tiene explicación, hay que festejar que pasamos aunque sea un ratito por el mundo; después están el resto de las personas que conocemos, que nos hacen sentir afortunados y nos enamoran de su existencia, la vida de quienes amamos se festeja igual que la propia". Su argumento era más largo pero lamentablemente en este momento no puedo recordar sus analogías.
Hoy tampoco quería salir de casa y ni siquiera es que me sienta triste, más bien quiero aprender a habitarme en mi propio espacio nuevamente, recordar como es estar conmigo y reacomodar mi vida, pero esta semana aun somos 3 en casa y esos 2 lomitos merecían sentir el sol, así que paseamos temprano.
Hice las compras necesarias para la semana, saque la basura, doble ropa, etc etc y luego, preparé esa ensalada de manzana que tanto le gustaba, me preparé un chocolate y aunque no comí pastel, lo pensé muchísimo.
Trato de mantener a mi padre conmigo recordándolo lo más posible, encontrándolo en lo que platicamos y en las cosas que le gustaban, pero en las que no, también.
Me encantaría tener una pequeña idea de lo que pensaría acerca de muchas cosas y definitivamente, este año más que ninguno, amaría que hiciéramos nuestro maratón de cumpleaños, sé que no estaría contento sabiendo que apenas y quiero un plan para el mío y definitivamente no me permitiría no hacer nada, es más, el plan lo tendría él listo desde hace mucho tiempo.
Lo extraño, y aunque mi madre sigue recordándolo con cariño y mi tía Pau ya me llamó para brindar a la distancia, y aunque tengo toda una vida de mi juventud llena de recuerdos con él y más ensalada de mazana en el refrigerador, la verdad es que él no volvió a festejar su vida y aunque trato de conmemorar su día, cada uno de sus cumpleaños no deja de doler, me hace falta su alegría y todas sus ideas, me hacen falta sus abrazos y sus llamadas a las 00:00 de mi día, orgulloso de ser el primero en hacerme saber que está feliz y se siente afortunado de tenerme. Extraño el café que preparaba y sus regalos "sorpresas", me dejó pendiente un cupón válido por una cena que jamás pude canjear y todas las ganas de seguir teniendo al mejor papá del mundo.
A veces me gustaría pensar que llegamos a alguna otra parte después de la vida, que aparecemos en otra realidad de la nada, como aparecimos en esta, pero la verdad nada de eso me hace sentido, no creo que papá esté en el "cielo" porque ni siquiera sé si hay uno, prefiero pensar que está en todas partes, que su energía se transformó en lo que le aprendimos todos quienes le conocimos y no sé, de esa manera me suena más probable la "eternidad".
Soy rencorosa, se sabe, y nunca voy a dejar de lamentar su partida, no le encontraré sentido a su muerte porque simplemente NUNCA dejaré de pensar que fue lo más injusto, las cosas no "pasan por o para algo" pasan como consecuencia de acciones, de decisiones propias, o peor aún, de personas irresponsables. Excepto el cáncer, que nada tiene que ver con las decisiones y que tampoco pasa "por algo". Y aunque esas "cosas" nos obligan a sobrevivir aun quedándonos solos pero ni por eso, ni por un momento, ni aunque me haya hecho un roble, jamás en mi vida le encontraré sentido ni justificación. Ya está, me calmo.
Feliz cumpleaños Don Leo! No hay risas ni pastel porque te extraño muchísimo, porque me haces falta y siempre lo harás, pero si hubo un intento por conmemorar tu vida y la certeza de que nunca, nunca, nunca, NUNCA me voy a olvidar de ti. Espero que si flotas por la galaxia nunca olvides que, por cada "te amo" que me dijiste yo te amo seis millones más!
Besito.
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